Por Pablo Aguilar
El FC Barcelona le ganó 2 a 1 al Porto por la fase de grupos de la Champions League y se aseguró la calcificación a los octavos de final en una noche complicada y de muchos sustos en el Olímpico de Montjuïc. No sólo por todo lo que tuvo que sacar Iñaki Peña en la primera parte, donde fue figura, sino también por todo lo que se ha errado Raphinha que no jugó un buen partido y tuvo una clarísima.
Era todavía la primera parte y el Barça empataba 1 a 1, pocos minutos después de que Joao Cancelo pusiera la igualdad en el marcador. Y el portero luso del Porto, Diogo Costa se equivocó en la salida y el balón quedó los pies de Raphinha que, al igual que lo hizo toda la noche, decidió una vez más y en lugar de pasar el balón a Lewandowski que estaba solo, decidió patear y desperdiciar la ocasión que casi le da un ataque a Xavi que lo vivió a mil en el banquillo.
Se tapó la cara de incredulidad ante la ocasión que perdió el brasileño y se volvió a sentar en el banquillo, con una rabia acumulada increíble. Pero lo más curioso del caso es que, pese a que no hizo un buen partido Rapha, Xavi lo mantuvo en cancha hasta casi el final, cuando el partido pedía claramente el ingreso de Lamine Yamal para poder remontar el partido o para ampliar la ventaja, ya que la defensa por su costado estaba floja.
Una de las grandes causas de estas acciones del egarense es el alto precio que se pagó por Raphinha en el verano del año pasado. El Barça lo pagó al Leeds en 65 millones de euros y quieren hacer que valga cada céntimo. El problema es que viene en una forma fatal y Lamine Yamal, con sus 16 años, está claramente en mucha mejor forma, tomando mejores decisiones y con mucho más atrevimiento.
29/02/2024
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