Dembelé se marchó del Barça y sigue haciendo el ridículo en el PSG, mira cómo

Una de las traiciones que serán más recordadas en la historia del club será la de Ousmane Dembelé a Xavi Hernández. Ni siquiera hace falta poner al FC Barcelona porque ha habido mucha gente a la que nunca logró convencer con su rendimiento, pero el caso del entrenador egarense es totalmente distinto al de los aficionados culés. Él le tuvo una fe ciega en que podía ser el jugador diferencial de la plantilla y lo alineó siempre que pudo hacerlo para devolverle la confianza y el nivel. Así se lo pagó.

En el mercado de verano, el París Saint-Germain vino a por él y decidió, junto al usurero de su agente, activar una cláusula privada de rescisión e el último día que tenía el PSG para ficharlo por sólo 50 millones de euros, para justamente salir a ese precio y que el Barça no pueda sacar más que 35 kilos por su pase. Sin dudas, unas acciones que lo llevaron a ser odiado dentro del club y que confirmó la traición al entrenador que le devolvió lo esencial para ser un futbolista de élite. Pero el karma es justo. 

Ahora en el PSG, el extremo francés no para de hacer el ridículo. Tiene videos recopilados llenos de regates fallidos, pérdidas de balón, tiros mal ejecutados, mano a mano desperdiciados y lo peor de todo son sus estadísticas. En el encuentro por Champions League de ayer ante el Borussia Dortmund, concretó su séptimo partido vistiendo la camiseta del elenco parisino, pero en estos siete encuentros no sólo no marcó sino que tampoco asistió y eso que tiene a Mbappé de compañero que todo lo que toca va para adentro. 

¿Karma?

Obviamente, los aficionados culés que quedaron muy enojados con él, se alegran de este presente tan pésimo que tiene el Dembelé en lo personal, pero también en lo colectivo. Si bien, el PSG ganó su partido de ayer en el torneo internacional, en la Ligue 1, que es una competición de prácticamente un equipo solo, está a quinto en los primeros enfrentamientos de la competencia. Por lo que ni siquiera le va bien en el equipo que decidió forzar su salida en lo que muchos describen como karma.