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El Barça ganó al Celta por un penalti y el reglamento avala al VAR, mira cómo

Desde Madrid quisieron instalar una polémica con el penalti de ayer, pero así los humilla el reglamento

Por Kevin Rijo

Desde Madrid quisieron instalar una polémica con el penalti de ayer, pero así los humilla el reglamento

El FC Barcelona le ganó 1 a 2 al Celta de Vigo en Balaídos y se quedó con los tres puntos vitales para pelear arriba en LaLiga y también para llegar con confianza al partido del miércoles ante el Napoli por la Champions League. Pero lo cierto es que el final del encuentro de ayer dejó una ’polémica’ de la que se hicieron eco los merengones y que quedaron humillados luego de que se les leyera el reglamento en la cara.

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Lamine Yamal fue a buscar un balón en el aire y un defensor lo pateó en el área, sin tocar la pelota, por lo que el penalti es clarísimo. El VAR entró y ratificó la decisión del colegiado que lo pitó de primeras, estando atento a la situación. Pero luego de que Lewandowski haya ejecutado mal el penalti, el VAR volvió a ser protagonista porque el portero Guaita se había adelantado. Lo que provocó que el polaco tenga una segunda oportunidad para marcar y que no desperdició.

Ahora bien, la polémica que quisieron instalar los madridistas es acerca del penalti repetido, en el que Raphinha invade el área. Si bien Lewandowski convirtió, el penalti se podría haber repetido por el paso hacia adelante del brasileño. Pero ’Mundo Deportivo’ recogió la parte del reglamento en la que se indica que no debía repetirse ya que si bien Raphinha está dentro del área, Guaita se volvió a adelantar y esto anula cualquier tipo de infracción al pateador si el balón va dentro.

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Acusan de reglamento adulterado los ladrones de Bernabéu

Es insólito que los aficionados merengones acusen al Barça de jugar con un reglamento distinto, sin siquiera conocer el de LaLiga, cuando son ellos a quienes se les permite convertir goles con la mano, goles en fuera de juego o les sancionan penaltis por toques intrascendentes en el área rival. Y lo más curioso de todo es que no quieren admitirlo y eligen vivir en una realidad paralela en la que ellos son los buenos y se escudan con Negreira.

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