Por Pablo Aguilar
Todos los aficionados del fútbol, que no sean del Real Madrid, sabemos a la perfección que Vinicius Jr. es un provocador profesional. Es un jugando increíble, con mucho talento, pero siempre se rebaja a la misma actitud infantil y de bajeza al tratar de provocar una reacción de los jugadores, entrenadores y afición rival, sin ningún tipo de sentido. Ya lo vimos cuando lo hizo ante el banquillo de suplentes del Barça en la final de la Supercopa de España y ayer lo volvió a hacer.
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El Real Madrid se enfrentó al Atlético Madrid en el derbi de la ciudad pero por los octavos de final de la Copa del Rey y fue una victoria en el suplementario por 4 a 2 a favor del Atleti, en el Cívitas Metropolitano. Pero lo que ha llamado la atención con las nuevas provocaciones de Vinicius que, esta vez, tuvo su víctima en el Cholo Simeone. Tras marcar el gol del empate parcial, Vini se acercó al banquillo del local y mirando al Cholo le festejó el gol en la cara y realizó los gestos de que él es el número 7 del Real Madrid. Gesto que, como no iba a ser de otra forma, calentó al argentino que lo insultó y se llevó la cartulina amarilla, pero a Vini no.
Unas jugadas antes, las cámaras de televisión pudieron captar como el jugador metía un centro de espuela y le decía a la gente: "Que bueno que soy, madre mía". Todo por un centro totalmente intrascendente en el partido. Y es que la subida que lleva no es normal y parte de la culpa la ha tenido el Barça al dejarse marcar un hat-trick por el brasileño. Pero el karma le llega a todo el mundo y en el partido de ayer no fue la excepción.
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En una de las jugadas en el tiempo suplementario, Vinicius perdió el balón ante Antoine Griezmann, a quien persiguió hasta su área para sacárselo. Y no sólo no pudo robarle el esférico, sino que tuvo que ver como el francés se internaba sólo en el corazón del área merengona y definía a merced el 3 a 2 parcial y que encaminaba la victoria del Atleti y la eliminación del Madrid de la Copa.
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